Diario de viaje: Día 16 y 17

Me desperté y fui al baño. Cuando salí levante la vista y me di cuenta: el cielo estaba totalmente tapado de nubes. Mierda. Me volví a meter en la carpa y comenzó a llover. Mierrrrrdaaa.
La lluvia no era lo que me molestaba, sino el hecho de que esté nublado y esto no me permita disfrutar de los paisajes mas lindos de todo el viaje. Decidí esperar un poco, por lo menos hasta el mediodía para ver si se despejaba un poco.


Me volví a despedir de los mochileros chilenos que ya se iban para la terminal y luego me prepare algo para comer. Mientras comía, el cielo se despejó, sin embargo, era solo un amague para volverse a nublar. Según me habían dicho, el pronostico decía que iba a estar nublado un par de días así que no tenia sentido esperar mas.

¡¡Alcanzando los 1000km!!

Listo para enfrentar posibles lluvias en el camino, me subí a la bicicleta. A eso de las 13:30 ya estaba dejando atrás San Martin de los Andes y adentrándome en el Parque Nacional Lanin, recorriendo la famosa ruta de los siete lagos. El plan era llegar hasta Pichi Traful, a 61km, y pasar la noche en un camping que había allí.

Los primeros 10km resultaron ser de constante subida, pero pude enfrentarlos bien ya que recién comenzaba mi día de pedaleo y todavía tenia fuerza. Y a pesar de que el día estaba nublado, igual disfrute bastante pedaleando acompañado de aquellos boscosos paisajes. Hasta que empezó a llover. Cubrí las alforjas de la bici con el pequeño toldo de la carpa y me puse el piloto, pero eso no evitó que me mojara.

Lluvia

Pasado un rato yo ya estaba bastante mojado y eso, sumado al aire que me pegaba de frente al avanzar, me hacia sentir frío. Me faltaban unos 15km para llegar a Pichi Traful, lo cual significaba una hora de pedaleo aproximadamente. La idea de soportar una hora mas ese frío no me gustaba para nada, pero no tenia opción ¿O si? Justo en ese momento vi un cartel que decía "Camping Lago Falkner". No lo dudé y me metí. Pagué y pregunté que distancia había hasta Pichi Traful y me dijeron 10km. Cuando salí para armar la carpa ya había parado de llover. En ese momento me di cuenta que haber parado allí había sido una mala decisión, pero no había vuelta atrás, ya había pagado el camping.

Cuando estaba esperando a que las calderas se calienten para poder darme una ducha, vi a un hombre vestido de ciclista acercándose  Hablamos un rato y resulta que el estaba con otro y venían viajando en bici hacia el mismo lado que yo, así que quedamos en que al otro día partiríamos los tres juntos. Buenísimo  después de todo haber parado allí no había sido tan mala idea, ahora pedalearía acompañado, por lo menos hasta Villa La Angostura.

La ducha, lejos de haber sido caliente, no me ayudo en lo mas mínimo a pasar el frio, y al terminar estaba tembloroso así que me acosté dentro de la bolsa de dormir para recuperar un poco de temperatura corporal. Me quedé dormido sin darme cuenta.

Me desperté confundido en la oscuridad ¿Donde estoy? ¿Que hora es? ¿Quien soy? Lago Falkner, 22:00, Pablo. Una vez recuperada la conciencia y sin salir de la carpa, me preparé algo para cenar y me fui a dormir devuelta con la esperanza de que el clima mejore para el otro día.

Lago Falkner a la mañana,

Me desperté y lo primero que hice fue asomar la cabeza fuera de la carpa para ver el cielo. Estaba despejado ¡Vamos carajo! Desayune, levante campamento y me encontré con Francisco y Gaston, quienes todavía estaban desarmando las carpas. Mientras los esperaba vi a dos personas fuera de una carpa que me parecieron familiares, eran el padre e hijo que me había cruzado en el camping de Junin de los Andes, así que me acerqué y charlamos un rato ¿Que loco no?

En aquel camping, tanto como en Villa Pehuena y en San Martin de los Andes, se podían ver muchas de aquellas aves parecidas a pequeños halcones. Así que cuando estábamos avisando que nos íbamos en la administración del camping, aproveche a preguntar como se llamaban esas aves. Un español que estaba allí me dijo que se llaman "chimangos" y que usualmente son carroñeros pero en los campings suelen robar comida. Eso explicaba porque podían convivir con las palomas.

Pichi Traful

A eso de las 10:00 estábamos saliendo del camping y teníamos unos 60km por delante hasta Villa La Angostura. El camino tenia un tramo de ripio del cual no teníamos datos certeros sobre su longitud y que pronto se hizo presente. Era increíble el hecho de que en todo momento, o estábamos subiendo, o estábamos bajado, en ningún momento pedaleábamos en llano. Así, subiendo y bajando constantemente disfrutamos de aquel hermoso pero extenuante camino, rodeados de paisajes muy pintorescos. De vez en cuando parábamos a sacar unas fotos o nos desviábamos para entrar en algún lago y descansar un rato.

Entrando al Lago Espejo Chico

Cuando estábamos a unos 15 o 20km de llegar, comenzó a llover devuelta, pero por suerte no duró mucho y el cielo volvió a aclararse poco después. A eso de las 18:00 ya estábamos llegando a Villa La Angostura y tuve mi primera visión del Lago Nahuel Huapi. Sentía que estaba muy cerca de terminar de mi viaje, Bariloche se encontraba tan solo cruzando aquel lago. Luego de sacar un par de fotos entramos a la ciudad, me despedí de Francisco y Gaston y me metí en el primer camping que encontré, ellos siguieron para el centro donde buscarían un hostel.

Lago Nahuel Huapi

Cuando monté campamento vi que al lado mio había una pequeña carpa individual con una bicicleta atada afuera ¿Otro viajero en bici quizás? Al rato llegó el muchacho dueño de aquella carpa y nos pusimos a hablar. Efectivamente Marcelo era un viajero en bici y llevaba CUATRO MESES viajando. El puso unas sardinas, yo unos fideos y cenamos mientras charlabamos sobre viajes en bicicleta. El tenia mucha mas experiencia que yo y compartió con migo un montón de anécdotas muy interesantes. Me contó su paso por Chile haciendo que mis ganas de viajar por aquel país se intensifiquen aun mas y que tenia planeado escribir un libro sobre la ruta 40 en bicicleta, definitivamente lo voy a leer cuando lo escriba. Compartimos algunas reflexiones sobre lo que significa viajar en bicicleta y luego me despedí para irme a dormir.

¡No soy el único loco!