Volví a despertar, esta vez para levantarme definitivamente. El rocío lo cubría todo, incluso las cosas dentro de la carpa. El incomodo suelo no me había permitido dormir bien y fue una noche llena de sueños que se mezclaban con la realidad. Me pregunté si los pasos que había escuchado mas temprano habían sido parte de esos sueños o no. También escuché un animal abajo de la carpa, pero de eso estoy casi seguro que fue un sueño.
Chivitos cruzando el camino |
Igual tenían razón. El camino, excepto por algún que otro serrucho (que todo ripio tiene), estaba en buen estado y era en su mayor parte bajada. Ademas, los paisajes hacían que el pedaleo sea muy ameno. A eso de las 13:00 llegué a un cruce con una oficina de turismo en el medio. Para la izquierda se iba hacia Aluminé (mi siguiente destino), mientras que para la derecha para Villa Pehuenia. Entré en la oficina para preguntar sobre un camping y me dijeron que tenia que entrar a Villa Pehuenia para encontrar uno o ir para la izquierda y acampar libre en el lago. Ya había acampado libre la noche anterior así que opté por desviarme para la derecha. Ademas, los 10km desde allí hasta Villa Pehuenia estaban pavimentados.
Llegando a Villa Pehuenia. Lago Aluminé |
El camping estaba lleno de unas aves un poco extrañas. Eran como pequeños halcones apenas mas grandes que las palomas y volaban entre los arboles emitiendo su canto, que mas que canto parecía un grito. Pensé que quizás cazaban palomas, pero no, convivían.
Lago Aluminé |
Fue un día tranquilo.
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